Almonte (Huelva), mayo 2009.- Una año más, la tradicional peregrinación del Rocío se ha convertido en una pesadilla para los caballos que participan en ella. Hasta el momento se ha registrado oficialmente la muerte de 13 caballos, por falta de comida, de agua y reventados por el esfuerzo, sin contar los que mueren una vez terminado la Romería.

El Rocío es una manifestación religiosa de carácter popular, con más de 350 años de antigüedad, muy arraigada en la cultura tradicional andaluza. Es además un acontecimiento especialmente atractivo para el jinete. Sin embargo, junto a los amantes del caballo, proliferan los jinetes de un díaa, más pendientes de la juerga, el fino y la manzanilla, que de la dignidad de la monta y el cuidado y respeto debidos al caballo, cuestiones que ningún jinete de verdad descuida.

El camino a caballo da al rociero ocasión para tomar contacto con la Naturaleza y con la nobleza del animal, y entre ellos debe establecerse una relación justa, de amistad y servicio.

La realidad, sin embargo, demuestra que muchos caballos son alquilados y no han sido entrenados para recorrer muchos kilómetros arrastrando carromatos abarrotados de familias, sometidos a las duras condiciones del terreno y de la climatología.

La villa de Almonte tiene una larga tradición equina y cada año durante el Rocío reúne la mayor concentración de equinos de Europa, Por ello el Ayuntamiento ha repartido 3.000 manuales del buen cuidado del caballo. Desgraciadamente, este año tampoco se ha podido evitar que algunos de esos magníficos animales mueran por culpa de la ignorancia, la dejadez y la crueldad de desaprensivos.

Fuente: ADDA