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Asociación Defensa Derechos Animal Ong ADDA

Proyectos y Campañas

Proyecto REACH: negocio de unos, crueldad para millones de animales

El Proyecto REACH de registro, evaluación y autorización de sustancias químicas, trató de establecer en la Unión Europea protocolos de seguridad para el consumidor en la utilización de numeroso de productos de uso habitual. Su finalidad era positiva, pero detrás de estas intenciones se escondía una batalla entre poderosos lobbies por las importantes cifras económicas que implicaba: por una parte, quienes debían evaluar los grados de toxicidad, y en el otro, la industria química por las repercusiones económicas negativas que les suponía.

El texto del Parlamento Europeo establecía las funciones de una Agencia, que debía desarrollar estrategias para reducir y reemplazar los experimentos con animales, estableciendo una Comisión para el estudio de métodos alternativos, formado por expertos, organizaciones de defensa del bienestar animal y representantes de la industria, para asegurar una información científica actualizada. La propuesta recibió la oposición inmediata de uno de los sectores industriales más influyentes, la industria química que a su vez arrastró la posición de algunos de los gobiernos más poderosos del mundo.

La Comisión Europea publicó, en octubre de 2003, el proyecto REACH que incluía la realización de pruebas en animales para gran parte de las 30.000 sustancias químicas existentes introducidas en el mercado antes de 1981, y estableciendo también, nuevos regímenes de experimentos en animales para las sustancias producidas en el futuro.

Por todo ello, las entidades animalistas integrantes de la ECEAE -Coalición Europea para la Abolición de los Experimentos con Animales, siendo ADDA su representante en España, iniciaron acciones de protesta para posicionarse contra la problemática que suponía el proyecto REACH. En su lucha contra la experimentación animal siempre han defendido que las pruebas de toxicidad en animales son extremadamente crueles causándoles un gran sufrimiento y argumentando que, las diferencias fundamentales en anatomía, fisiología, metabolismo y bioquímica provocan que la extrapolación de resultados de animales a humanos resulte poco fiable. Además, una gran mayoría de estas pruebas nunca han obtenido validación científica que demostrara su precisión, importancia y reproductibilidad e incluso algunas han suspendido la validación retrospectiva.

Las entidades animalistas reclaman a los gobiernos y a las administraciones que se incrementen fondos destinados para desarrollar métodos alternativos al testado con animales, un aspecto al que evidentemente la industria química, ha contribuido poco o nada.

Manifiesto de la ECEAE al Proyecto REACH:

“Apoyamos los objetivos del REACH de proteger la salud humana y animal y el medio ambiente a través de la introducción de una nueva política de control de las sustancias químicas de la Unión Europea, pero rechazamos las pruebas de toxicidad en animales que deben sustituirse por alternativas modernas y humanitarias. Resulta esencial adoptar un enfoque preventivo en la normativa de sustancias químicas. En caso de existir dudas sobre la seguridad de una sustancia, ésta debería ser controlada en función de la información obtenida con pruebas sin animales y a la documentación existente”.

Imagen: Acción de denuncia del ADDA ante las oficinas de la Unión Europea, en Barcelona (2005)